La infancia es el terreno fértil para sembrar las creencias.
«Juanito no se podía dormir, se levantaba y platicaba, moviéndose en su cama. La abuelita, que estaba de visita, llegó con buenas intenciones al cuarto
La infancia es el terreno fértil para sembrar las creencias.
«Juanito no se podía dormir, se levantaba y platicaba, moviéndose en su cama. La abuelita, que estaba de visita, llegó con buenas intenciones al cuarto ...